Suponiendo que este juego maniaco termine algún día -que así es como debe de ser- ¿a qué punto llegaremos para decirnos la verdad? ¿Cuáles son las consecuencias a tomar para dejar salir un rayo de honestidad? ¿Cómo escupir veneno sin que parezca una adormecedora sonrisa blasfema?
En la fosa secreta de debajo de mi retrete mental llegan a caer unas cuantas preguntas suaves y secas, no sé si se supone que debo responderlas o jalar más para intentar que terminen en el fondo de mi fosa.
Podría pasar toda la noche tratando de dar un repaso a todas y cada una de las preguntas, llegar al fondo de este pequeño conflicto interno entre lo que debe o no debe hacerse, tal vez deberíamos dejar de pensar tanto y dejarnos llevar por una brisa suave y relajada. Pero entonces el mismo sentimiento despierta, no, claro que no, los extremos son malos, por un lado tenemos un razonamiento interminable, estamos desperdiciando tiempo en pensamientos tontos que no han provocado nada más que una cadena interminable de pensamientos, llenando así un enorme balde de masturbaciones mentales que nunca se acaban pero que tampoco llenan. Pero por el otro lado no podemos dejarnos llevar por el impulso instintivo casi animal y claramente primitivo, eso nos convierte en seres incivilizados, retrogradas, siempre improvisando para evitar conflictos "innecesarios" no es más que una completa actitud fanfarrona.
Entonces viene a mi cabeza el equilibrio, el bendito equilibrio, no estoy ni a la izquierda ni a la derecha, estoy en medio, estoy a mitad de la carretera esperando a que una docena de búfalos me atropellen, estoy empezando a pensar una vez más sobre mi posición y volver a inclinarme a un lado o hacía el otro. Por la supervivencia, por la fanfarronería o por ser humano, un pensante o un flojo.
Entonces vuelve el caos a mi cabeza y me vuelvo a encontrar en donde empecé, con el mismo sentimiento de no saber qué rumbo encontrar, o siquiera si debo buscarlo, si debo esperarlo, si debo renunciar, hacer lo que la voz me dicte, hacer lo que los demás me dicten. Si dejarme influenciar por un subconsciente construido en base a voces del pasado o dejarme llevar por voces del presente. ¿Que será mas fácil, que será menos doloroso, menos denigrante? el dolor, la preocupación de siempre, el temor a fracasar, la comida de los buitres, de los ojos que esperan a verte tropezar para empezar a picotear.
No sé si la simple idea de la existencia de estos buitres es para llenar de goce; habla de la importancia, pone una moneda más en la alcancía, nos viste, nos hace reír y por supuesto, nos llena. A la vez nos martiriza, pero no hay placer sin dolor ni rosa sin espina.
Las masturbaciones mentales pueden seguir toda la noche, las meditaciones llevarnos a los mismo laberintos, pero la vida...


















...que puedo yo decir de la vida.