Y al final que fue lo que pasó, bueno sucede que todos se aburrieron de escuchar lo mismo, sucede que en mi ausencia la saliva salto un poco mas hasta mojar sus rostros con esos trozos, esa partículas que venían de mi. Sucede que el ambiente se empezó a llenar de hastío, las caras de las personas cambiaron y yo seguía sin poder detener las pegajosas flemas negras que se despegaban de mis pulmones, no podía detenerla, era una enorme masa que salía y parecía que nunca acabaría.

No tuve otra opción, continué hablando, mientras la gente me perforaba con la misma mirada con la que observas a una babosa derretirse lentamente entre la sal, la miras derretirse sola en esos caminos secos y arenosos, sin poderse detener. Sin querer detenerse hasta que lo único que queda es el pequeño rastro de lo que un día fue.
¿Ya están hartos? ¿tan hartos como yo? ¿Estarán tan desesperados de escuchar la misma basura noche tras noches? ¿Estarán tan hartos de ver como creo mas fantasmas? Especulan sobre los resultados, pretenden ayudar, quemar, denigrar, apoyar. Mas masturbaciones mentales, mas basura, mas hipocrecia, mas falsedades.

No pude, lo intente. Trate de decirlo, no pude parar a tal grado de no poder limpiar las gotas al fluir, no pude. Todos miraban por no parecer groseros, todos reaccionaron ante mi actitud.
Por un minuto fui el centro. Seguí hablando, moviendo los labios de un lado para otro, lamiéndome las encías entre pausas, mordiendo mis mejillas una y otra vez. Ya no salpicaba la misma mezcla liquida de pensamientos tercos. De mis dientes brotaban gotas gordas de sangre y semen, llenando con mis líquidos al resto de los presentes, ya no era yo el centro de momento; ahora controlaba el universo con la cascada de las sales de mi cuerpo, yo jamas paré y los demás jamas dejaron de sentir terror. Abracé sus restos cadavéricos mientras yo veía caer su carne en pedazos, ellos sin poder hacer otra cosa mas que intentar regresarla a su lugar, la misma gelatina yendo de arriba a abajo con el mismo grito terrorífico saliendo de sus ya derretidos pulmones. No puedo borrar de mi cabeza el silbido salvaje y evaporizado que salía cada vez que intentaban gritar.
Y yo sin poder parar, ellos sin querer seguir un minuto mas bañados en mis fluidos pulcros. Yo los purifique, yo los hice llegar al punto de la paz total, las voces se callaron tanto para ellos como para mi. Tomé mis cosas y caminé a la puerta sin siquiera ver por donde pisaba, no podía dejar de mirar lo que yo había construido, destruido, desterrado, aniquilado.
Tomé el taxi mientras el resto de la multitud no dejaba de observarme. No dejaban de seguirme, de reír de llorar, de gritar de llamar a sus dioses, de sacar cadenas y amarrarse a mis líquidos rojos y blancos, querían formar una nación con mi nombre, ellos lo hicieron.
Ellos sueñan con volverme a encontrar, ellos quisieran poder violarme una vez mas, con sus miradas, con su "respeto" con todo el corazón. Porque en mi estarán las respuestas, porque yo cosecharé los frutos que ellos jamas verán. A costa suya, a como de lugar.

Load the gun and run

Supongo que tendré que empezar de nuevo el mismo proceso. Supongo que tendré que llegar esta vez al fondo. No lo sé, siempre digo no saber, siempre intento llegar a más mientras las pocas ganas de hacerlo no me ganen. Siempre con la misma puta flojera de no tener la idea de lo que acontece en mi alrededor reflejando un poco de lo que no hay en el interior. O tal vez si lo hay, o tal vez todo es más simple, quizá solo sea que desde hace mucho debí haber seguido dormido. Tal vez nunca me animé a salir de la cueva es solo una simulación de lo que supuestamente es afuera. Tal vez solo creo no querer estar en el exterior cuando ni siquiera lo conozco. Tal vez los problemas no empezaron adentro sino que se metieron.
No le puedo llamar profanación, no soy otra cosa que un producto, vengo de algo que vino de la nada y regresaré a la nada. No creo culpar a nadie, sin embargo quisiera hacerlo, quisiera gritarles a todos la culpa que tienen porque eso soy yo. Un maldito reflejo, un maldito repudio, son las mismas ganas absurdas de no querer estar aquí pero de no encontrar en donde estar bien. Se trata de estar cansado sin siquiera haber empezado. Y volvemos a lo mismo, a sentir siempre el mismo sentimiento de ser atacado, de no ser importante de no ser válido. Siempre ver que tan bajo estoy en mi sentir, en la forma en la que me veo. Siempre esperando las putas palmadas en la espaldas “si a los demás les gusta tal vez está bien” siempre sintiendo que no es así. No sé que busco no se que espero pero estoy harto de este continuo movimiento irreverente de mis pies. Deambulando tomando decisiones sin tomarlas, siempre esperando a ser direccionado, influenciado, asqueado, penetrado, odiado, despreciado.
Pero para que, para sentirme más miserable. ¿Y eso para qué? Pues no es la misma teoría ridícula de caer el fondo y salir, eso nunca pasará, nunca reviviré de entre esas cenizas, no existen, no existo yo, no existe mi opinión, no existe una razón para hacer las cosas, mi vida acaba y yo me hundo con ella, desaparezco no soy más que mierda de gusano. Es realmente detestable como todos vivimos igual que peces, comiendo y cagando en el mismo liquido amniótico. Nunca escapamos realmente del útero, seguimos ahí. Siempre hablando al mismo tiempo que nos ahogamos con ese deshecho propio. No existe la ayuda, no existe la confianza, no existe la amistad, no existen los lazos, no existe nada más que un elemento fundamental de la vida. Mi puta necesidad, mi bienestar, mi persona y lentamente irme ahogando en eso. Me pudro, me salen escamas verdosas y me vuelvo el monstruo que devora, me vuelvo el rostro que tanto odio, me vuelvo el orgullo, me vuelvo el ego, me vuelvo mierda.
Aplausos, que he llegado al motivo de mi odio, me he vuelto lo que creo y cada vez me dan ganas de vomitar, cada día siento más como me devora la misma basura, noche y día.
Pues no estoy dispuesto a usar sin embargo lo hago, no estoy dispuesto a renunciar a mi ego, a mi orgullo; a mi mierda. No doy un paso adelante y estoy pensando en retroceder, lo hago. Es lento, es indeciso, es como ha sido siempre.
Me escudo en lo mismo todos los días, de lunes a domingo, de 12 a cero hrs. Evado las preguntas, he silenciado tanto que ya me olvide si existe una respuesta. Es tan fácil fingir cuando tienes atorada una roca entre los dientes, es tanto el dolor al hablar que mejor no hablas, no te mueves, pasas desapercibido y luego resurges entre la demás mierda. Ese resurgimiento, ese puto respeto falso. Lámanme los testículos hasta que se me pongan rojos de lujuria. Vengan a mí y tendrán más vomito escurriendo de sus ropas. Y que mas da cuando ya mis 25 minutos de honestidad se han acabado. Bueno no queda más que esperar hasta que los ojos me revienten y sienta la misma necesidad de renovar mi ego con más porquería. Y no me sirve si es creíble, no me sirve nada, ni a mí ni a nadie. No hay porque creer en la nublada vista de un grano de arena en esta playa que nos hace ver más y más insignificantes
Son decadas iguales, son personas iguales, son dolores iguales. Todos han gritado, han llorado, se han comido la pena de un mordisco. Cuantos no se han mirado al espejo para ver que lo suyo no es de agua, que la risa se vuelve verde, que la humedad dejó ya rastros en las mejillas negras de olvido.
Cuantos arboles con cortezas sin terminar, siempre una encima de la otra. Todo inconcluso, todo podrido, con esa misera felicidad de 34 segundos. Y siguen corriendo los rumores que habrá algo mejor. Cuantos ilusos tatuando algo que ni siquiera es suyo. Cuantos mas se adueñan del mismo ejercito de pordioseros. Preguntame cuantas veces mas te tendré que escupir en la cara, siempre en el mismo estado infructuoso de no poder comer mis propias flemas. Mañana callaras, siempre será un día mas ahogando tu fuerza. Y ya creías que la pena no era eterna; tu pensaste que la vergüenza era cosa de los débiles. Ahora comenta entre dientes, platicate en susurros. Date cuenta que la gloria de tus huesos se vuelve frágil. Pasa entonces un día mas sintiendo que comes todo a tu paso, sigue sintiendo que las gota no traspasan tu piel, sigue soñando que eres seguro y libre.
Porque no te da ya por concluir tu histeria, porque no sientes el frio metal lamiendo tu sangre, suena a delirio, suena a ego. Ya basta de poner la misma palabra en mi boca, deja de cocinar tus respuestas sin probar lo que resulta. Calla si el aire no agita tu voz. Asegura hasta que sepas como te atrapara tu dios. Contempla una vez mas, mira a todos lados y date la bienvenida. ¿ahora todo es igual?
Eso fue una mala jugada. Pareció como una larga caminata volteando a los lados de la calle. Caminé hasta sentir la cara estampada en ese olor. Quedé estático, seguí caminando, cerré los ojos y escuche los mismos pasos viniendo del mismo aroma. Fue una mala broma. Algo completamente ofensivo y vulgar. Yo quise gritar, yo quise matar la causa de tanto ocio sexual. Me imagine enterrando la putrefacta carga de mi espalda. Me imaginé llorando y desgarrando mi garganta entre gritos anchos y violentos. Me imaginé perdiendo la voz y la energía para seguir cavando. Imaginé sus ojos asomados entre la tierra. Observandome, absorviendome, gozandome fríamente, como antes y después. Me vi pateando esa fuerte mirada hasta que se hundiera la cabeza entre los brotes de tierra salada. En su nicho, era donde le hubiera gustado pasar sus últimos meses como materia, como alimento salado de esa tierra inservible.
De pronto soñé con todos los arboles cayendo uno por uno, con el mismo asco, derramando el mismo vomito que experimenté todas las veces que sentí ese aroma. No era el hecho de solo sentirlo, sabías a donde te llevaba, sentías el aire tocar todos tus vellos. El estomago saliendo por tu boca cada una de esas veces que caías.
Que mala broma me jugó la vida, le basto 5 segundos de olor para joderme cinco días en pleno calor infernal. Sudé frió, seguí caminando pero en la dirección contraria. Corrí y logre tropezarme con la mitad del hocico en una tierra fresca y salada. Me paré y comí las sobras que quedaron en mi boca. Fue lo suficiente para ponerme loco a carcajadas. Ríe bastardo, ríe. Deja que la sal ensucie tus mejillas. Deja que la sal te ponga tieso, como ese cuerpo diminuto. Las peores cargas de la vida vienen disminuidas, parecen indefensas, parecen. Aparentan, pero siguen hilando telarañas casi invisibles, casi indetectables a tu vista deficiente. Las peores cosas son las que tu construyes, manipulas los hilos para que queden frente a ti. Egoistamente no te resistes, egoistamente te cierras las salidas y contemplas desde tu trono todo lo que tu hiciste por ti. Te das las gracias balanceando tu miembro entre las telarañas, hasta que lo único que ves es un capullo blanco esperando a ser devorado.
No preguntes, no te juzgues, no grites, ya es muy tarde para el drama. Ya es muy tarde para que alguien crea una eyaculación mas derramada.