Eso fue una mala jugada. Pareció como una larga caminata volteando a los lados de la calle. Caminé hasta sentir la cara estampada en ese olor. Quedé estático, seguí caminando, cerré los ojos y escuche los mismos pasos viniendo del mismo aroma. Fue una mala broma. Algo completamente ofensivo y vulgar. Yo quise gritar, yo quise matar la causa de tanto ocio sexual. Me imagine enterrando la putrefacta carga de mi espalda. Me imaginé llorando y desgarrando mi garganta entre gritos anchos y violentos. Me imaginé perdiendo la voz y la energía para seguir cavando. Imaginé sus ojos asomados entre la tierra. Observandome, absorviendome, gozandome fríamente, como antes y después. Me vi pateando esa fuerte mirada hasta que se hundiera la cabeza entre los brotes de tierra salada. En su nicho, era donde le hubiera gustado pasar sus últimos meses como materia, como alimento salado de esa tierra inservible.
De pronto soñé con todos los arboles cayendo uno por uno, con el mismo asco, derramando el mismo vomito que experimenté todas las veces que sentí ese aroma. No era el hecho de solo sentirlo, sabías a donde te llevaba, sentías el aire tocar todos tus vellos. El estomago saliendo por tu boca cada una de esas veces que caías.
Que mala broma me jugó la vida, le basto 5 segundos de olor para joderme cinco días en pleno calor infernal. Sudé frió, seguí caminando pero en la dirección contraria. Corrí y logre tropezarme con la mitad del hocico en una tierra fresca y salada. Me paré y comí las sobras que quedaron en mi boca. Fue lo suficiente para ponerme loco a carcajadas. Ríe bastardo, ríe. Deja que la sal ensucie tus mejillas. Deja que la sal te ponga tieso, como ese cuerpo diminuto. Las peores cargas de la vida vienen disminuidas, parecen indefensas, parecen. Aparentan, pero siguen hilando telarañas casi invisibles, casi indetectables a tu vista deficiente. Las peores cosas son las que tu construyes, manipulas los hilos para que queden frente a ti. Egoistamente no te resistes, egoistamente te cierras las salidas y contemplas desde tu trono todo lo que tu hiciste por ti. Te das las gracias balanceando tu miembro entre las telarañas, hasta que lo único que ves es un capullo blanco esperando a ser devorado.
No preguntes, no te juzgues, no grites, ya es muy tarde para el drama. Ya es muy tarde para que alguien crea una eyaculación mas derramada.